Logopedia

La logopedia es la disciplina encargada del estudio, evaluación, diagnóstico, tratamiento e investigación de todas aquellas patologías que cursan con alteraciones en la comunicación o la deglución. 

Se trata de una profesión socio-sanitaria, por lo que puede desarrollar sus competencias en diferentes ámbitos, desde el puramente sanitario como hospitales o centros de rehabilitación, hasta el ámbito educativo y asistencial. Desde MiNeuro, estamos convencidos del potencial que tiene el trabajo en el entorno, por ello desempeñamos nuestra actividad asistencial en este medio. 

Tras una lesión en el sistema nervioso, se pueden sufrir diferentes secuelas que serán tratadas por un/una logopeda. A través de un razonamiento clínico adecuado y siempre en colaboración con los diferentes profesionales que forman parte del equipo terapéutico, se trabajará con el objetivo de aumentar la independencia y la calidad de vida de las personas afectadas. 

Comunicación: lenguaje

Por diversas causas, tras una lesión en el sistema nervioso pueden producirse alteraciones en el lenguaje, tanto a nivel comprensivo como expresivo, y pueden verse afectados tanto el lenguaje oral como el escrito. Los problemas a nivel lingüístico suelen verse acompañados de otras alteraciones a nivel cognitivo, como pueden ser la memoria de trabajo, la velocidad de procesamiento o la atención. Todo lo anterior, dificulta o imposibilita la comunicación de la persona con su entorno. Podemos referirnos a este tipo de problemas como AFASIA.

La afasia restringe la participación social, es decir, la capacidad para mantener relaciones con otros, incorporarse a puestos laborales y/o participar en actividades sociales típicas, considerándose una secuela devastadora del daño neurológico. 

La experiencia nos ha enseñado lo duro que puede llegar a ser no poder comunicarse. Ponemos todo nuestro empeño en diseñar programas individualizados de tratamiento utilizando herramientas de valoración y rehabilitación, que permitan a la persona alcanzar el máximo grado de comunicación posible.

Comunicación: habla y voz

El habla es un proceso neurofisiológico muy complejo y parámetros conocidos como la fluencia, el ritmo o la velocidad del habla requieren de la participación de mecanismos neurológicos altamente coordinados.

Definimos la disartria como la alteración en el habla de origen neurológico que provoca parálisis, debilidad o incoordinación de la musculatura implicada. Como consecuencia, algunos mecanismos de producción oral como la respiración, la fonación, la articulación, la resonancia o la prosodia pueden verse comprometidos. Estas características particulares son derivadas de la localización y la gravedad de la lesión. Para poder intervenir, hay que evaluar. Es importante conocer cuales son las funciones alteradas y el grado de severidad de las mismas, para establecer así objetivos realistas y ajustados a las necesidades de la persona. 

El tratamiento debe ir indicado no tanto para el tipo de disartria, sino más bien, a los aspectos alterados o conservados. En ocasiones, simplemente los cambios neurofisiológicos que se producen con la edad, pueden dar lugar a este tipo de patologías. 

Deglución

Las alteraciones deglutorias, también conocidas como disfagia, son muy frecuentes en las personas que padecen algún tipo de afectación neurológica. 

Supone una dificultad para manejar tanto los líquidos como sólidos y poder tragarlos. Se puede observar tos durante o después de la ingesta, restos de alimento en la boca o sensación de cuerpo extraño provocando alteraciones en la seguridad y/o eficacia del proceso deglutorio. La desnutrición, deshidratación y/o alteraciones respiratorias graves, como la neumonía aspirativa, pueden agravar los problemas de salud del paciente, condicionando su calidad de vida.  

No podemos hablar solamente de problemas de salud asociadas a la disfagia, sino que se trata de un problema que genera aislamiento social o incapacidad para disfrutar de actividades como ir a un restaurante o a una reunión familiar. 

Desde MiNeuro, contamos con la experiencia y las herramientas necesarias para llevar a cabo programas de tratamiento ajustados a las necesidades de las personas con disfagia. Consideramos que el ambiente en el domicilio y las situaciones de alimentación real, son ideales para conseguir los objetivos propuestos como pueden ser mejorar la capacidad para tragar de forma segura o volver a disfrutar de la comida y la bebida. 

Funciones orofaciales y parálisis facial

La intervención logopédica de las funciones orofaciales no verbales, irá encaminada a devolver el equilibrio al sistema neuromuscular para que la persona pueda ser más funcional en actividades como hablar, comer o respirar. No podemos olvidarnos de lo importante que es la estética facial para algunos de nuestros pacientes, por lo que a través de diferentes técnicas intentaremos ayudar a mejorarla.

La parálisis facial, se trata de una manifestación clínica bastante frecuente que consiste en la pérdida total o parcial del movimiento voluntario en un lado de la cara. Existe imposibilidad para sonreír de forma simétrica, para pronunciar algunos fonemas, para retener la saliva dentro de la boca y en algunos casos, para cerrar el ojo o levantar la ceja.

Puede tener un origen central o periférico. En el primer caso se produce por una lesión en el sistema nervioso central, afectando solamente a la mitad inferior de la cara.  En el segundo caso, puede denominarse también parálisis de Bell y afecta a la totalidad de la hemicara de la persona, siendo originada por una alteración en el nervio facial.

Es importante conocer la causa y el origen para establecer una pauta de tratamiento y hacerlo siempre de la mano del personal facultativo. Es fundamental respetar los tiempos y conocer la pauta farmacológica para actuar en consecuencia, ya que la parálisis se establece en unas pocas horas y puede empeorar durante 24 o 48 horas más.

Nos encontramos además alteraciones sensoriales en la zona que pueden desencadenar en trastornos de alimentación como el rechazo a diferentes texturas o temperaturas, no sentir de forma adecuada diferentes partes de la cabeza, cara y cuello o  incluso llegar a morderse la lengua o la parte interna del carrillo.