ICTUS
El Ictus se define como un trastorno circulatorio cerebral súbito, que puede ser transitorio o definitivo, y que altera la función de una o varias partes del encéfalo. Cuando la sangre no llega de una manera adecuada, la función de esa parte del cerebro se puede alterar, dificultando o impidiendo procesos como pueden ser la marcha, el lenguaje, la memoria o la capacidad para desempeñar actividades de la vida diaria.
Podemos encontrar diferentes formas de referirnos a lo mismo: ictus, accidente cerebrovascular (ACV), infarto cerebral o trombosis y aunque el factor de riesgo más importante para sufrir un ICTUS es la edad, sería erróneo pensar que ocurre de forma exclusiva en personas de edad avanzada.
Los ICTUS, según su naturaleza, se clasifican en:
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Isquémicos.
Son los más frecuentes y ocurren cuando se bloquea el flujo sanguíneo hacia una o varias zonas del cerebro, por ejemplo, los causados por un coágulo.
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Hemorrágicos.
Se producen cuando hay una rotura en un vaso que provoca la salida de la sangre, formándose un hematoma en la zona colindante, impidiendo la correcta oxigenación y por tanto, produciendo un daño en el tejido cerebral.
Desde el punto de vista clínico, las secuelas del ICTUS son muy variadas en función de la localización de la lesión, de la gravedad o de la naturaleza de la misma. En nuestro día a día, los terapeutas de MiNeuro, nos encontramos personas con una gran heterogeneidad de síntomas, desde déficits cognitivos y motóricos aislados, hasta cuadros compatibles con estados alterados de consciencia.
El objetivo de la neurorrehabilitación es ofrecer una mejora en la calidad de vida, a través del compromiso con las demandas y necesidades, tanto del paciente como de su familia. Aunque el escenario ideal es iniciar la rehabilitación en fases tempranas, siempre es un buen momento para comenzar este proceso rehabilitador.
Es importante llevar a cabo una adecuada evaluación de las capacidades conservadas y del grado de autonomía para poder establecer objetivos ajustados, independientemente de la gravedad. MiNeuro apuesta por evaluar y además intervenir en el contexto real ofreciendo una línea de tratamiento y unos objetivos ecológicos.
