Estados alterados de la conciencia

La alteración del nivel de consciencia es actualmente el factor clínico más trascendente para clasificar la gravedad de un daño cerebral. Estos casos pueden originarse por lesiones cerebrales difusas, de tronco encefálico o de otras estructuras relacionadas.

Existen dos conceptos clave para entender el complejo concepto de consciencia:

Desde un punto de vista clínico podemos encontrar tres situaciones de alteración de la consciencia:

Coma

Se define como la alteración del arousal y del awareness es decir, la persona permanece con los ojos cerrados y sin responder ante el entorno.

Estado Vegetativo (EV)

Hace referencia a un estado en el que la persona puede estar despierta, pero no se observan respuestas voluntarias hacia el medio o hacia sí mismo, al menos de forma continuada, reproducible o intencionada. Las funciones autonómicas como la respiración, el ritmo cardiaco o la regulación de la temperatura están conservadas pero otras funciones como el control de esfínteres suelen estar abolidas. En el caso de los estados vegetativos pueden ir apareciendo respuestas automáticas ante diferentes estímulos como la conducta de retirada ante estímulos dolorosos, la orientación hacia estímulos auditivos o breves fijaciones con la mirada.

Estado de Mínima Consciencia

Hace referencia al estado en el que las respuestas tanto sensoriales como emocionales son ajustadas a los estímulos externos, mostrando algunos comportamientos de forma voluntaria, que implican al menos una mínima evidencia de consciencia.

Los pacientes que se encuentran en este estado, pueden llegar a localizar estímulos dolorosos, contestar gestual u oralmente o llevar a cabo conductas referidas a un fin.

A nivel terapéutico es importante fomentar la interacción de la persona, buscando respuestas voluntarias y consistentes, aunque es igual de imprescindible acompañar e informar al entorno para que puedan realizar un adecuado manejo de la situación, con el menor desgaste posible.

Desde MiNeuro buscamos potenciar las máximas capacidades de las personas, a través del establecimiento de un vínculo terapéutico que genere confianza y ayude a la persona a recuperar la relación consigo mismo y con su entorno, ya que la situación de personas con afectaciones muy severas es de extrema vulnerabilidad.