El deterioro cognitivo es un estadio intermedio entre los cambios producidos durante el envejecimiento típico y un deterioro cognitivo grave, provocado, por ejemplo, por una demencia. Este tipo de deterioro cognitivo no es explicado por la edad, sino que es consecuencia de una condición médica y no incluye solamente los problemas de memoria sino que se ven alterados procesos como el lenguaje, la velocidad de procesamiento, la capacidad para tomar decisiones o el estado de ánimo.

Es posible que, tanto el paciente como su entorno se den cuenta de estos cambios en el rendimiento cognitivo, ya que pueden percibirse errores en la ejecución o la planificación de actividades de la vida diaria como organizar la propia rutina, hacer la compra o conducir.

Son importantes tanto el diagnóstico como la intervención precoz ya que, a través de un tratamiento basado en la estimulación cognitiva, podemos lograr enlentecer el deterioro e incluso mejorar el rendimiento de la persona en su día a día.